Gracias por existir...

Bueno, ahora me toca hablar a mí: todos sabéis que llevaba ya un tiempo bastante fastidiado, por temas personales, una muy mala racha, y me encontré muy solo, y sobre todo, me perdí por completo, no era yo, poco después, me vino otro golpe muy duro, que fue que tras casi 5 años de relación, corté con mi antigua novia, me refugié en casa de mi padre, abatido, pero de ahí salió una flor, un ángel, y ese ángel no fue otro que tú Irene, tú me sacaste de esa espiral negativa en la que estaba sumido, tú me aguantaste las noches de lloros aún estando a miles de kilómetros de distancia, tú me diste aliento en los buenos momentos, pero sobre todo en los malos, tú me diste la mayor alegría cuando me llamaste al ganar la selección, qué alegría escuchar tu voz después de tantos mensajes, qué nervios el día que nos conocimos! Estaba como un flan! Recuerdo tu sonrisa nada más verme, pero, aunque no me viera, seguro que ese día, sonreí con más fuerza que nunca, tú me devolviste esa sonrisa natural y perdida que hace tiempo había perdido, me hiciste reír, asombrarme con la cantidad de cosas que sabías sobre mí, pero hay algo con lo que me quedo: con la cercanía, la calidez y el cariño que me mostraste desde el primer momento, jamás olvidaré esa sensación, cada gesto, cada detalle, ahí fue donde me ganaste y me enamoraste. Muchas veces me pregunto: ¿Qué viste en mí para quererme así? ¿Es esto real? Te explico el por qué: porque tú eres la mujer que toda la vida pedí, que me apoyase en los buenos y en los malos momentos, me hiciste salir adelante, y sobre todo: me hiciste volver a creer en mí, a volver a ser yo, y eso no te lo puedo pagar ni con todo el oro ni con todo el cariño del mundo. Por esos detalles que me hacen sonreír, que sabes que me emocionan, como el vídeo, o como cuando me llevaste el otro día a redacción, después de que tu hermano me tratase el tobillo, y me firmaron todos el libro que me regalaste. Por todo esto te quiero, y sólo puedo decir dos cosas: TE AMO Y GRACIAS DE TODO CORAZÓN (L)

Te quiero princesa